lunes, 16 de marzo de 2009

La otra memoria histórica

Polémica actual por la propuesta de ley del cine en catalán, subtitulado y doblado. Las distribuidoras llevan un cabreo considerable porque aumentarán sus costes; las majors también, por la misma razón; las pequeñas productoras igual, para ellas ya es un reto estrenar en nuestro país como para que encima deban dobler algunos costes de producción.

Los políticos se llenan la boca con eso de "hablemos de cosas que verdaderamente importan a los ciudadanos", es como "el fútbol es así". Parece que, una vez más, la propuesta de ley no responde a una verdadera demanda del mercado.

En cualquier caso, conviene diferenciar entre el cine doblado y el subtitulado. El cine doblado es una mutilación de la obra y una barrera para el aprendizaje. Merece la pena el esfuerzo en promover el cine en versión original, en cuyo caso la subtitulación en catalán sería no solo lícita, sino necesaria.

El cine doblado nació con Mussolini, que lo impuso en Italia supuestamente para proteger la lengua italiana. A Hitler le gustó la idea y la copió en Alemania. ¿Las tres Marías? Así es, seguidamente Franco impuso el cine doblado en España para proteger el castellano. Tres regímenes fascistas fueron los pioneros en doblar las películas. ¿Y actualmente, dónde se dobla el cine? Bingo: principalmente en España, Italia y Alemania.

Es curioso cómo a los progres de hoy se les ocurren las mismas soluciones que a los fachas de ayer. En este caso concreto, ¿qué hay de la memoria histórica?

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