martes, 17 de marzo de 2009

Buen cine

Algunas series son buen cine, entendiendo como tal la capacidad que tienen para poner temas relevantes sobre la mesa y hacerlo con estilo, personalidad y eficacia.

Capítulo de El Ala Oeste de la Casa Blanca. Un chaval está condenado a muerte por asesinato. El presidente debe decidir en 24h si le perdona la vida. Tiene dudas. Le pregunta de manera informal a su ayudante personal, cuya madre murió asesinada:
- ¿Querrías asistir a la ejecución del asesino de tu madre?
- No, señor - pausa.- Querría matarlo con mis propias manos.

Toby Siegler, sarcástico director de comunicaciones.
- ¿Cómo podemos mantener la pena de muerte a chavales menores de 18 años? Somos el único país del mundo que ejecuta a menores, junto con China, Arabia, Irán, Nigeria. ¿Cómo no querríamos aparecer en una lista con estos países?


El presidente ha hablado con todos sus asesores tratando de saber cuál sería la decisión correcta. Varios le animan a perdonar al asesino, que es finalmente ejecutado. El presidente habla entonces con su cura, el que le ha visto crecer desde niño:
- ¿Por qué Dios no me ha enviado una señal sobre lo que debía hacer?
- Un hombre se sube al tejado de su casa durante una inundación. Pasa un barco, un tipo le dice "eh, sube, te vas ahogar". El hombre contesta "no, creo en Dios, que me quiere y me salvará". Al rato pasa un helicóptero, "cógete a la cuerda, te salvaremos". Contesta "no, creo en Dios, que me quiere y me salvará". El hombre murió ahogado. Cuando llegó a las puertas del Paraíso, le dijo a Dios: "Dios, yo creía en ti, confiaba en tu amor, tenía fe en que me salvarías". Dios le contestó: "Te he enviado un barco, y un helicóptero. ¿Qué más quieres que haga?" Te ha enviado a Toby, a Joss...

En un momento, la serie habla de la pena de muerte desde todos los puntos posibles. A favor, en contra, la opinión del agnóstico, del creyente, de la víctima. Habla de religión, de compromiso político y social, del funcionamiento interno de la Casa Blanca, de desesperación y esperanza. Habla de la débil frontera entre el Bien y el Mal. Del poder de la decisión y la presión de la responsabilidad. No hay buenos buenísimos ni malos malísimos, hay matices, hay debate, hay diversidad de opiniones, hay conflicto. El tema solo es, además, uno de los 2 o 3 que centran el interés de este capítulo de 42 minutos. Es una píldora de política inteligente, de análisis social, y contado con una maestría absoluta. Por eso El Ala Oeste es lo que es, y por eso el cine es lo que es, incluso en televisión.

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